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3 sept 2009



INDICADORES DEL MALESTAR DOCENTE



2.1 FACTORES DE PRIMER ORDEN

Son los factores que inciden directamente sobre la acción docente, es decir, el estudio de la “actuación del profesor en la clase”.



2.1.1 Recursos materiales y condiciones de trabajo.

En la efectividad del trabajo desempeñado por el profesor aparecen tipos de limitaciones de tipo material, que impiden que el profesor explique tal y como él quisiera su programa de enseñanza a sus alumnos. Este problema provoca un sentimiento de malestar a medio o largo plazo.
La más importante de ellas es cuando el profesor se enfrenta a un nuevo año lectivo con una gran ilusión y luego no posee los recursos necesarios para realizar ese programa educativo; entre estos recursos se encuentran la falta de materiales didácticos y las carencias para adquirirlos.
A largo o medio plazo el profesor sufre una inhibición que le repercute de manera que tiene que modificar su práctica docente, produciendo la perdida de esa ilusión aparecida al principio del curso académico.
La única manera que tienen los profesores de poder adquirir estos recursos es mediante pedir ayuda a sus propios alumnos y a las asociaciones de padres de dichos alumnos; aportando éstos pequeñas cantidades de tipo económico.
A veces no son solo la falta de recursos las que impiden al profesor una práctica favorable de su labor, sino que también nos encontramos limitaciones de tipos institucionales.


2.1.2 Violencia en las instituciones escolares.

En los últimos años se ha producido un aumento de la violencia en las aulas, de tal forma que han llegado hasta a ser cabeza de portada de los medios de comunicación, produciendo un clima violento ante el cual los alumnos actúan con venganza por estar obligados a estar en las clases, mientras que ellos lo que buscan es estar trabajando y ganando dinero. Por ello los alumnos actúan en contra de las instituciones y los profesores.
Esta violencia a llegado no solo a apoderarse de los alumnos, sino que también de algunos padres de dichos alumnos.
El tema de la violencia lleva a los profesores hacia un sentimiento de intranquilidad dentro de los factores contextuales (cognitivos, intencional y subjetivos).



2.1.3 El agotamiento docente y la acumulación de exigencias sobre el profesor.


Los principales síntomas que presenta el “malestar docente” son:
Absentismo, falta de compromiso, un anormal deseo de vacaciones, baja la autoestima, en definitiva el agotamiento. Esto es provocado principalmente por causas de presión que se ejercen sobre el profesorado procedente de la sociedad, la acumulación de responsabilidades y la aparición de la ansiedad.
La presión del contexto social y las dificultades no afectan por igual a todos los profesores.




2.2 FACTORES DE SEGUNDO ORDEN (CONTEXTUALES)


Según Blase, los factores de segundo orden son los referidos a las condiciones ambientales o al contexto en que se ejerce la docencia.
La acción es indirecta y afectan a la eficacia docente al imponer una disminución de la motivación del profesor en el trabajo de su aplicación y su esfuerzo.
Cuando se acumulan influyen en la imagen que el profesor tiene de sí mismo y de su trabajo planteándose una crisis de identidad llegando a la autodepresión del Yo.


2.2.1 Modificación en el rol del profesor y de los agentes tradicionales de socialización.

En los últimos años, se han acumulado las responsabilidades y exigencias que se proyectan sobre los enseñantes; lo cual se ha traducido en una modificación del rol del profesor que supone una importante fuente de malestar para muchos de ellos, ya que no han sabido acomodarse a las nuevas exigencias.
Un elemento que contribuye al malestar es el problema del continuo avance del saber es decir, se trata de que el profesor necesita poner al día lo que explica para no dar unos contenidos desfasados a que le pondrían en ridículo, sino, es para tener un dominio de cualquier material, estos son algo difíciles ya que pueden afectar a la seguridad del profesor.
Mitter desarrollo unas ideas muy referida a la percepción de una “fase de desencanto” que él considera como factor central del ejercicio de la docencia en los sistemas educativos, esto es debido a que el profesor se ve dominado más por reticencia que por el optimismo.
En el momento actual los profesores se encuentran con una nueva fuente de malestar al intentar definir qué deben hacer, que valores van a defender: porque en la actualidad se ha perdido el anterior consenso, al que ha sucedido un proceso de socialización conflictivo y fuertemente divergente.






2.2.2 La función docente: contestación y contradicciones.

Hoy en día no existe consenso social, porque cualquier actitud del profesor puede ser contestada y habrá grupos y fuerzas sociales dispuestas a apoyar la contestación al profesor. Cualquier valor que se defienda en clase puede ser rebatido por el alumno.
Para ser profesor hace falta realizar en un mismo tiempo diversos roles contradictorios entre sí. El primero de ellos es el de ser compañero y amigo de los alumnos, o al menos mostrar un apoyo hacia ellos. El segundo realizar el papel de juez al final del curso académico, realizando un “veredicto final” en el cual se dice quienes de sus alumnos son aptos para pasar de curso, a la vez que se le obliga a producir en el alumno una integración de tipo social, ya que él para los ojos de los alumnos el profesor es el representante de la sociedad y la institución.


2.2.3 Modificación del apoyo del contexto social.

Los profesores se sienten injustamente juzgados por los padres como representantes más cercanos del cuerpo social. La valoración del trabajo efectivo del profesor en su puesto de trabajo sólo se hace en sentido negativo. Es decir, si todo va bien los padres piensan que sus hijos son buenos estudiantes, pero si van mal, piensan que es debido a que los profesores son malos docentes.
Hoy en día se ha modificado el status social del profesor. La sociedad tiende a establecer el status social sobre la base del nivel de ingresos. Las ideas de saber, abnegación y vocación han caído en picado en la valoración social.


2.2.4 Los objetivos del sistema de enseñanza y del avance de los conocimientos.

Ranjard, afirma que es absurdo mantener en una enseñanza masificada los objetivos de un sistema diseñado para una enseñanza de élite. Hace años las instituciones escolares y universitarias aseguran el “éxito” traducido en status social y en una buena retribución económica. Pero en la actualidad, la masificación del sistema de enseñanza ya no asegura a los alumnos ni el “éxito” ni siquiera un trabajo acorde con su nivel de titulación.
Hace años el cambio social se producía a un ritmo muy lento, pero en la actualidad “ el ritmo del cambio se ha acelerado tanto que es imposible seguirlo”.
Al asumir las nuevas funciones que el contexto social exige de los profesores, supone el dominio de una amplia serie de habilidades personales que no pueden reducirse al ámbito de la acumulación de conocimientos. Esto supone una prueba en la personalidad de los debutantes y será en el terreno de la personalidad donde se encuentran las respuestas más negativa del malestar docente.
Amiel-Lebrigre da una nueva definición del papel del profesor. Para afrontar la transformación de la relación triangular, el saber es un objetivo exterior tanto para el enseñante como para enseñado, esto implica que el maestro ha aceptado a ser un enseñante-educador y ha renunciado al saber-poder y ha accedido al saber-llegar.




2.2.5 la imagen del profesor.

En los medios de comunicación se observan dos líneas contrapuestas en los enfoques del profesor. La primera se presenta a la profesión docente como una profesión conflictiva y la segunda como una actividad idílica.
Muchas veces el profesor es presentado como una persona conflictiva donde aparecen situaciones de violencia física en las aulas; los despidos causados por enfrentamientos ideológicos, las bajas retribuciones de los profesores y la falta de medios. Frente a esta imagen del profesor aparece una visión idílica contradictoria. Películas como mentes peligrosas o Rebelión en las aulas presentan al profesor como una ayuda personal de los alumnos; aunque esto está lejos de la realidad.
Estos estereotipos contradictorios se concretan en tres puntos:
1. En las exigencias de las personas ajenas a la profesión docente, esto influye en el trato hacia los enseñantes por los padres y alumnos.
2. En el futuro de las personas que acceden a ser profesionales, produciendo una autorrelección a partir de la identificación o falta de ésta con la imagen del profesor.
3. En las expectativas de los profesores en ejercicio, reafirmando su elección inicial y la propia satisfacción en el trabajo. Pero esto por el contrario produce insatisfacción y sentimiento de consideración.


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